viernes, 16 de noviembre de 2012

Biografía


Caudillo mexicano, cambió el paisaje político y económico de México, promoviendo el desarrollo del capitalismo. 


Su nombre completo era José de la Cruz Porfirio Díaz. Fue el penúltimo de siete hijos que tuvieron José Faustino Díaz y Petrona Mory. Nació en Oaxaca, el 15 de septiembre de 1830 y cuando sólo tenía tres años, perdió a su padre, víctima de una epidemia de cólera. Porfirio Díaz hizo sus estudios elementales en escuelas públicas y después, bajo la protección de su tío y padrino José Agustín Domínguez, en el Seminario Conciliar de su ciudad natal, con miras a seguir la carrera eclesiástica. Fue en esa época cuando daba clases particulares de latín al hijo de Marcos Pérez, abogado amigo de Benito Juárez. Porfifirio abandonó el seminario e inició la carrera de leyes en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado, hecho que lo privó de la protección de su tío. 

En 1853 integra el grupo conspirador que combate contra el general Antonio López de Santa Anna. Bajo la influencia de Benito Juárez, se une al movimiento político que se forma tras la revuela de Ayutla en 1854. En 1856, Porfirio ingresó a la Guardia Nacional de Oaxaca, y al año siguiente, al estallar la rebelión conservadora contra el gobierno liberal, tomó partido por este. Su participación en Ixtapa, permitió derrotar a las tropas rebeldes del Coronel José María Salado quien murió en combate, mientras que Díaz resultó gravemente herido.
en el curso de la guerra de Reforma, que concluiría hasta 1861, Porfirio Díaz se distinguió principalmente en el estado, entre febrero y mayo de 1859, y posterior toma de Oaxaca, el 15 de mayo de 1860, que le valió el grado de coronel, y en la batalla de Jalatlalco, en agosto de 1861, que le significó el ascenso a general, cuando apenas tenía treinta y un años. 

En 1867 comanda las tropas que toman  la ciudad de México. Es candidato a la presidencia por el partido Progresista pero es derrotado por Juárez y a la muerte de éste, y en 1872 se subleva contra el sucesor Lerdo de Tejada. Con su reelección en 1876 organiza una revuelta que culmina con la expulsión de Lerdo. Un año después, gana las elecciones presidenciales. Impulsa la conciliación de los partidos, neutraliza la injerencia eclesiástica y controla a los terratenientes, persigue a sus opositores políticos y desmonta las prerrogativas que Juárez había hecho a los indios con respecto a la tierra. En 1880 cede la presidencia a Manuel González pero permanece en el gobierno como ministro de fomento. Luego de cuatro años, retorna a la presidencia y comienza un nuevo gobierno autoritario que elimina a la oposición, expropia las tierras a los campesinos y amparado en enmiendas constitucionales permanece en el poder hasta 1910. Consigue el apoyo de la burocracia, los terratenientes y las compañías extranjeras. En el mismo año, es candidato a las elecciones, pero Francisco I. Madero inicia le revolución contra el "porfirismo". 


El 11 de mayo de 1911, el anciano general de ochenta años abandona México y se embarca rumbo a Europa. Ya allí, fijó su residencia en París, donde murió el 2 de julio de 1915.

Desarrollo industrial del país durante el Porfiriato


Aunque el desarrollo industrial del país se había iniciado algunos años atrás, fue durante el Porfiriato cuando hubo logros realmente importantes, tales como el ferrocarril. 
La mejoría de las redes de comunicación, las inversiones extranjeras, el crecimiento de la población y el contacto más frecuente con otros países propiciaron el aumento de la producción industrial. 


Al haber más compradores se necesitaban más productos y entonces fue necesario establecer nuevas fábricas en diferentes lugares de la República Mexicana. Poco a poco se instalaron fábricas en Puebla, Veracruz, Morelos, Estado de México, Querétaro y Guanajuato en donde se hacían telas, zapatos, cervezas, dulces, cigarros, azúcar, papel, vidrio, aceites, jabones, explosivos, cemento y diversos productos químicos. Sin embargo, el desarrollo industrial benefició principalmente a los propietarios que en su mayoría eran ingleses y norteamericanos. Los obreros ganaban muy poco y trabajaban largas jornadas, el 12% eran niños, no existían leyes que los protegieran y sólo los trabajadores extranjeros gozaban de privilegios en las fábricas. 
Esta situación provocó un gran descontento entre los obreros. En 1906 hubo una huelga en Cananea, Sonora, y en 1907 otra en Río Blanco, Veracruz. Los trabajadores que protestaron por las malas condiciones de trabajo y el bajísimo salario que recibía fueron reprimidos brutalmente por las fuerzas armadas del gobierno porfirista. No tendría que pasar mucho tiempo para que cientos de obreros participaran en la Revolución Mexicana iniciada en 1910.

Afrancesamiento


A la par de la búsqueda por la estabilidad política mediante la reorganización y control del ejército y la pacificación del país, el presidente Díaz encaminó sus esfuerzos a obtener el reconocimiento internacional. De las naciones europeas que había firmado la convención de Londres, por la cual se originó la guerra de intervención y con la que México había roto relaciones diplomáticas, Gran Bretaña fue la última en reconocer al gobierno de Díaz en 1884. España lo otorgó el mismo año en que el general oaxaqueño asumió la presidencia en 1877, y Francia lo hizo en 1880.


La industria francesa no fue la principal en inversión en México durante el Porfiriato. Hubo otras. Pero la cultura los funcionarios porfiristas y los sectores más cultos de la época no supieron apreciar los valores tradicionales de la cultura mexicana y se inclinaron por modelos extranjeros, por lo que, en esos tiempos, México recibió mucha influencia, principalmente por parte de Europa, y, con esto, Francia. Los científicos y los sectores más poderosos de entonces preferían el teatro y la ópera y rechazaban las corridas de toros y las peleas de gallos, adoptaban el hipódromo, incluso imitaban la forma de vestir de los franceses, despreciaban el jarabe y hacían suyos los valses y los polcas. Por su parte, los terratenientes decoraban sus hogares con mobiliarios, pinturas y cortinas procedentes de París. 



Reformas en materia educativa


Durante el Porfiriato se acordaron las bases de la educación pública, que siempre fue respaldada por los liberales. En 1868, todavía durante el gobierno de Juárez, se promulgó la Ley de Instrucción Pública, que no fue aceptada por la Iglesia Católica. Joaquín Baranda, ministro de Instrucción Pública, desarrolló una campaña de conciliación con la Iglesia, y aplicó a la educación el aspecto positivista, sin dejar de lado el humanismo. La instrucción primaria superior se estableció en 1889 y tuvo por objeto crear un vínculo entre la enseñanza elemental y la preparatoria.


En 1891 fue promulgada la Ley Reglamentaria de Educación, que estableció la educación como laica, gratuita y obligatoria. Baranda fundó más de doscientas escuelas para maestros, que una vez egresados se dirigieron a enseñar a las ciudades del país. Sin embargo, en las zonas rurales la falta de desarrollo social provocó un rezago educativo.

El mismo Porfirio Díaz afirmó que gracias a su “política patriarcal, guiando y restringiendo las tendencias populares, en el convencimiento de que una paz forzosa permitiría fomentar la educación, la industrias y el comercio”. En efecto, estos fueron sus objetivos, aunque el alcance de su “guía y restricción de las tendencias populares” fue terrible.